Jean-Auguste-Dominique Ingres, originario de Montauban, cuya obra fascina por su belleza intemporal y su estilo inconfundible, sigue siendo una figura destacada de la historia del arte. Al contemplar sus cuadros, el visitante se zambulle en el distinguido y elegante mundo del neoclasicismo francés, al tiempo que aprecia el genio artístico de un maestro de la pintura.
Las principales obras de Ingres se exponen en el Museo Ingres de Montauban (íntegramente dedicado a él), donde los amantes del arte pueden admirar de cerca el virtuosismo de este gran maestro.
D'Artagnan constituye una figura legendaria de la historia de Francia, un mosquetero cuyo nombre evoca valor, lealtad y destreza con la espada. Charles de Batz de Castelmore d'Artagnan nació en 1611 en el seno de una familia noble de Gascuña, en Lupiac, un pequeño pueblo del departamento de Gers, y entró muy joven al servicio de Luis XIV.
En esta pintoresca región rural fue donde pasó sus primeros años. Su vida estuvo salpicada de emocionantes aventuras, duelos épicos y encuentros memorables con personajes ilustres de su época, como el cardenal de Richelieu y la bella Constance Bonacieux. Sus sucesos, inmortalizados en las novelas de Dumas, siguen fascinando a los amantes de la historia y de los relatos de capa y espada, convirtiendo a D'Artagnan en un héroe intemporal de Francia y de la literatura universal.
Adéntrese en el cautivador mundo del mosquetero gascón y descubra las múltiples facetas de su leyenda a través de los circuitos dedicados a su figura y de la visita al Museo D'Artagnan de Lupiac. Regularmente, la vida y las hazañas del famoso mosquetero se celebran a través de eventos, recreaciones históricas y espectáculos, especialmente durante el festival D'Artagnan a principios de agosto.
Enrique IV mantenía unos estrechos vínculos con el Lot-et-Garonne, y en particular con la bonita ciudad de Nérac, donde pasó parte de su infancia en la corte de su madre, Juana de Albret, reina de Navarra. De 1577 a 1582, el castillo de Nérac fue la residencia principal del futuro rey de Francia y de Margarita de Valois, conocida como la reina Margot. A lo largo del Parque Real de la Garenne, descubrirá la famosa fuente de Fleurette. Cuenta la leyenda que el joven Enrique sedujo a Fleurette, la hija del jardinero. Ambos vivieron una maravillosa historia de amor que sin embargo tuvo un final trágico, ya que tras ser abandonada por el príncipe, la desesperada muchacha se ahogó en el río Baïse. Y es a esta triste y bella historia a la que debemos la expresión «conter Fleurette» (cortejar), que dio lugar a la palabra «flirt» en inglés. Un poco más lejos, el Molino de las Torres de Barbaste, el molino fortificado más grande de Francia, era la parada favorita del rey cuando de este se desplazaba a su coto de caza.
Enrique IV dejó su impronta en la historia de la región a través de varias campañas militares que se libraron en ella. El soberano convirtió Montauban en un bastión protestante y la reintegró pacíficamente en el reino de Francia en 1595 tras su conversión al catolicismo.
Mientras visita estos lugares y se zambulle en la historia y la cultura local, tendrá la oportunidad de apreciar mejor los vínculos entre este territorio y el rey favorito de los franceses, al tiempo que disfruta de los encantos de la maravillosa región del sudoeste de Francia.