En esta región agrícola y vinícola, en el corazón del “Sud-Ouest Authentique”, la generosidad empieza en el plato. La tradición del sabor forma parte del ADN de los lugareños y, como grandes amantes del buen vivir, abogan por una cocina sencilla y auténtica, elaborada con unos productos de calidad. Del aperitivo al digestivo, el Armagnac, el aguardiente más antiguo de Francia, le acompañará con nuestras 8 denominaciones de origen vitícola para crear unos deliciosos maridajes.
Tanto en las granjas como en las fincas o en nuestros mercados al aire libre, nuestros mercados nocturnos y mercados de grasas, los productores se sienten orgullosos de compartir su pasión.
En los restaurantes, disfrute de un agradable momento lleno de sabor gracias a los chefs que, al igual que los cocineros con estrellas Michelin de Pujaudran o Agen, exaltan los productos locales con generosidad y originalidad.
Y si le apetece pasar de la degustación a la práctica, le esperan numerosos cursos y talleres de iniciación. ¡Venga a descubrir el secreto de los foies gras, los confits y otras famosas delicias!
A este elixir contribuyeron tres civilizaciones: los romanos introdujeron la vid en la región, los árabes el alambique y los celtas la barrica.
La denominación Armagnac está dividida en tres zonas de producción cuyos contornos siguen, con asombrosa insistencia, la forma de una hoja de vid: Bas Armagnac, Armagnac Ténarèze y Haut-Armagnac.
Sin olvidar el Floc de Gascogne DOP, un aperitivo dulce y fresco, elaborado según una antiquísima receta campesina del siglo XVI. El Floc de Gascogne proviene de una sutil mezcla de 2/3 de zumo de uva y de 1/3 de Armagnac de las mismas propiedades. Tinto o blanco, es un acompañamiento perfecto para el melón y la fruta fresca, el foie gras, el chocolate y los postres.
Como auténtico jardín de Francia, es el único destino que puede presumir de una variedad tan extensa de frutas y verduras cultivadas. Una forma estupenda de promover los canales de distribución cortos y de deleitar a todos los paladares.
Los orígenes de la ciruela pasa de Agen se remontan al siglo XII cuando, a su regreso de la Segunda Cruzada, los monjes benedictinos de la abadía de Clairac tuvieron la idea de injertar variedades locales de ciruelo con nuevas plantas traídas de Siria. Las ciruelas de Ente (del francés antiguo «enter» que significa injertar) se cosechan a finales de agosto y se secan para convertirse en ciruelas pasas. Las ciruelas pasas de Agen gozan de una Indicación Geográfica Protegida. Estas ciruelas resultan excelentes para la salud y para los deportistas, por sus numerosas propiedades, y pueden consumirse solas, en la cocina o en repostería.