En plena naturaleza, cerca de Tarascon-sur-Ariège, el Parc de la Préhistoire (Parque de la Prehistoria) tiene una superficie de 13 hectáreas en espacios exteriores e interiores. El lugar en sí es magnífico. Prevea pasar un día, ya que hay mucho que ver y hacer (podrá comer in situ en el restaurante). Reconstituciones, talleres animados por “hombres prehistóricos”, juegos e iniciaciones y recorrido museográfico interactivo: podrá ver, experimentar, sentir e incluso escuchar los sonidos del universo de nuestros antepasados cromañones. La calidad científica del conjunto es excepcional.
Con los niños
Encontrarse frente a un mamut a tamaño real, ver cómo se hace el fuego con sílex, jugar al escondite entre las rocas y cascadas: a sus hijos les encantará el Parque de la Prehistoria.
Sus pinturas rupestres son una obra maestra del arte parietal. La grotte de Niaux (cueva de Niaux) le recibe con reserva y en condiciones estrictas para una visita en pequeños grupos de su famoso Salón Negro. En una amplia rotonda, enterrada a 700 m después de la entrada de la cueva, asistirá al desfile en las paredes de bisontes, caballos, íbices y ciervos magníficos. Durante mucho tiempo, recordará estas pinturas de una perfecta ejecución. Para la visita (no recomendada para menores de 5 años), prevea calzado de marcha y un jersey (12°C en la cueva).
La grotte de Bédeilhac (cueva de Bédeilhac) y las extraordinarias dimensiones de su porche le sorprenderán : 40 m de ancho y hasta 80 m de alto, con 1 km de profundidad. Durante la Segunda Guerra Mundial se habilitó como almacén. Los primeros habitantes de la cueva eran cazadores y dejaron en ella sus huellas: pinturas rupestres que representan la fauna prehistórica, manos de niños pintadas en las paredes, así como un rarísimo bajorrelieve animalista tallado en la arcilla. También merece la pena ver sus impresionantes concreciones.
¿Lo sabía?
Para el rodaje de la película Le Passe-Montagne de Jean-François Stévenin de 1978 (basada en la novela del mismo título de Christian Bernadac), Georges Bonnet, piloto de pruebas en Tarbes, hizo despegar su avión desde el interior de la cueva de Bédeilhac.
La Grotte de la Vache (Cueva de la Vache) situada en el mismo macizo que la de Niaux, le proyecta a un auténtico hábitat temporal de cazadores del paleolítico : los mismos que habrían pintado el Salón Negro de Niaux. En las excavaciones se encontraron más de un millón de objetos, que aportaron mucha información sobre el modo de vida en la época. Podrá ver restos de hogares, armas de caza, reproducciones de objetos esculpidos o grabados. ¡Todo es tan real y tan familiar, que tenemos la sensación de que uno de nuestros antepasados podría aparecer en cualquier momento!
Increíble: la carretera D119 atraviesa una cueva en más de 400 m, con el río Arize que la excavó más abajo. Ya está en la Grotte du Mas d’Azil (Cueva de Mas d’Azil). A pie, podrá descubrir su alma y su historia. Durante siglos, sirvió de refugio para las poblaciones perseguidas. Sus primeros habitantes dejaron esculturas de madera de renos de una gran delicadeza, joyas, guijarros pintados, etc. Obras de arte que datan del paleolítico, que podrá ver en el museo de la prehistoria de Mas d'Azil.
Merece la pena desviarse
¿Hacer puenting desde la bóveda de una cueva? ¡Sólo podrá hacerlo en Mas d’Azil! Un salto desde una altura de 70 metros, cabeza abajo hacia el río. ¡Guau!
Viaje en tren
Descubra Tarascon-sur-Ariège en tren con el Occitanie Rail Tour, en la línea de los Pirineos.
Nuestras sugerencias
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