Presupuesto
Características
el mejor momento
Primavera, Otoño, and Invierno
duración
1 día
En un día se remontan dos mil años de historia, sin abandonar realmente las aceras de Toulouse y su tráfico diario… tentador ¿verdad? Descubra en un día los monumentos de visita obligada.
Recommandé par Cathy
El emblemático ayuntamiento, construido por los primeros cónsules o capitouls a partir del siglo XII, despliega su fachada de ladrillo y de piedra por todo lo ancho de la place du Capitole.
Aparte de las ocasiones en las que se organizan ceremonias, se puede penetrar gratuitamente en su interior para contemplar una escalera monumental y tres grandes salas ricamente decoradas con pinturas y esculturas. Henri Martin y Jean-Paul Laurens pintaron la historia de la ciudad, mientras que Paul Gervais dedicó toda una estancia al amor.
Dele la vuelta: en el square Charles-de-Gaulle se alza el torreón del Capitolio, construido en 1525 por decisión de los primeros cónsules o capitouls para proteger los documentos municipales. Se trata de una torre de aspecto defensivo con un curioso campanario en lo alto, creado en el siglo XIX por Viollet-le-Duc.
En su interior, los archivos se retiraron para hacerles un hueco a los expertos de la oficina de turismo: bajo un techo abovedado, la oficina se complace en ofrecerle planes interesantes y recomendaciones.
Con los niños
Porque visitar es sinónimo de divertirse:
Se trata de una de las mayores basílicas románicas conservadas de Europa. Si resulta impresionante por su tamaño, también lo es por su historia. Esta basílica, declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO, empezó a construirse en el siglo XI en honor a Saint Saturnin, el primer obispo cristiano que, en el siglo III, murió arrastrado por la ciudad por un toro.
En su interior, todo invita a la contemplación: el órgano, los detalles esculpidos, las paredes pintadas, el baldaquino dorado, la cripta, las reliquias…
Realmente irresistible
Nuestros antepasados, los romanos
El Museo Saint-Raymond se encuentra justo al lado de la basílica de Saint-Sernin. En él se exponen piezas arqueológicas dejadas por los galos o romanos del lugar. También dispone de una cafetería entre laureles y palmeras, para disfrutar de un paréntesis tomando un café… ¡muy típico de la Antigua Roma!
En 1215, los frailes predicadores se instalan en Toulouse y construyen el convento de los Jacobinos. Su exterior austero e imponente, de estilo gótico del Languedoc, contrasta con el interior despejado y ligero.
En la iglesia, una palmera de piedra de 28 metros de altura convive con una obra contemporánea de Sarkis, especialmente diseñada para exponerse en el monumento. En el apacible claustro, siempre se encuentra ocasión para deambular, recogerse y meditar.
Insólito
Un instante luminoso
Tanto como simple observador o como amante de las fotos hermosas, no olvide que entre las 11h00 y las 15h00 el sol penetra en los Jacobinos. La luz se filtra por las vidrieras de colores, iluminando las paredes pintadas.
De un siglo a otro, hay algo que no cambia: cuando las campanas suenan a mediodía, le recuerdan que es hora de comer. Demos un pequeño rodeo hasta la place Victor-Hugo, en la que el mercado alcanza su apogeo.
¿Le va más bien el cassoulet o el magret? Las especialidades del Sudoeste harán sin duda las delicias de su paladar en los restaurantes situados en la planta.
¿Conoce el pastel? Es una planta cuyas hojas trituradas ofrecen una tintura azul. Ésta contribuyó a que los comerciantes de Toulouse de la Edad Media y el Renacimiento hiciesen fortuna. En 1555, Pierre d’Assézat ordenó construir el palacete de Assézat a la imagen de su éxito.
En el patio, las fachadas decoradas con máscaras, vegetales y animales le regalarán la vista, al igual que la torre que domina la ciudad y la elegante logia.
No debe perderse
Los hermosos objetos de Bemberg
El protestante Pierre d’Assézat se vio obligado a abandonar la ciudad, tras ser expulsado por los católicos, sin haber disfrutado de su palacete. Sin embargo, el público es bienvenido. En el palacete se encuentra, en particular, la Fundación Bemberg y una rica colección de obras de arte en salones de diferentes épocas.
Terminamos en la place de la Daurade, con su magnífica vista al Puente Nuevo. Bueno, no tan nuevo, ya que desde hace más de trescientos años el Pont Neuf resiste orgullosamente a las crecidas del río Garona gracias a sus ingeniosos arcos irregulares y a sus orificios.
Deténgase un instante: cae la luz del día y el sol ofrece su último espectáculo, inundando el paisaje de tornasolados colores. Está en la Ciudad rosa, ¿no?
Opina el experto
Grandes monumentos de Toulouse
Una visita guiada por el casco histórico también ofrece un concentrado de monumentos emblemáticos: con ella descubrirá más a fondo el Capitolio, la basílica de Saint-Sernin y el convento de los Jacobinos y, además, disfrutará de un acceso privilegiado al Hôtel de Bernuy.
Nuestras sugerencias
¿CÓMO LLEGAR?
Metro línea A bajar en la parada Capitole.
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